Entrevista Victor Angosto

 

VÍCTOR ANGOSTO ZURITA: UN BELMONTINO PRESIDENTE DE LA COMARCA DEL BAJO ARAGÓN.

ESTOY AQUÍ PARA TRABAJAR POR EL PUEBLO”

Víctor Angosto Zurita, además de alcalde de Belmonte es, desde el 30 de julio último, presidente del Consejo Comarcal del Bajo Aragón del que forman parte 20 pueblos, desde Aguaviva hasta Valdealgorfa. La capital está en Alcañiz, como no podía ser menos, pero el sentido comarcalista ha querido que el presidente sea de un pueblo con menos de 200 habitantes. La responsabilidad, el cargo y también la carga han recaído sobre nuestro alcalde. A su juicio, está en política “para trabajar por el pueblo”. Víctor está casado con Lucía Meiro y tienen dos hijos, Belén y Víctor. El padre del actual presidente de la comarca fue también alcalde de Belmonte durante muchos años.

Cuando somos niños todos tenemos un sueño, transpórtese a su niñez, ¿qué le gustaría ser de mayor?

Yo nací en Belmonte y tuve la oportunidad de salir a formarme fuera. ¿Qué esperaba ser de mayor? Pues no sabría decirlo exactamente. Mis aspiraciones eran abrirme paso en la vida con dignidad, como todo el mundo. Pero, desde luego, a pesar de haber salido pronto del pueblo mis pensamientos siempre estuvieron relacionados, de una forma u otra con Belmonte, con mis orígenes. Lo que no quiere decir que yo de chaval soñara con hacer grandes cosas por mi pueblo. Simplemente, soy de aquí y siempre lo seré. Punto.

¿Ha sido siempre la política para usted una de sus grandes aspiraciones en la vida?

Para nada. Estoy en política por accidente. Afortunadamente, no necesito vivir de la política. Esto no quiere decir que, una vez dentro, no me entregue a la actividad pública con la máxima responsabilidad y que incluso me parezca apasionante poder trabajar para el servicio a los ciudadanos desde las instituciones.

¿Por qué y para qué ha desembarcado usted en política?

No me parece adecuado el verbo desembarcar, al menos en mi caso. Yo me presenté a unas elecciones para ser concejal de mi pueblo y en ese momento empezó todo. Podía haberme parado en ese punto o seguir y opté por continuar en la actividad política con el Partido Aragonés. Pero ni desembarqué ni tenía un objetivo especialmente marcado que no fuera el de trabajar para mi pueblo.

¿Es su objetivo final en política ser diputado por el PAR?

Estoy cansado de escuchar ciertas impertinencias. En todo caso, no creo que ser presidente de la Comarca del Bajo Aragón sea menos dignidad que la de diputado por el PAR, no sé si provincial o si en las Cortes de Aragón o en qué institución. Porque es que no sé muy bien a qué ser refieren esos rumores que me apuntan.

¿Qué son y para qué van a servir las Comarcas?

La comarcalización de Aragón es uno de los proyectos más ambiciosos de vertebración del territorio en la historia de nuestro antiguo reino, hoy comunidad autónoma. Las comarcas sirven para acercar la Administración al ciudadano y para crear un territorio más equilibrado y justo con un reparto equitativo de los recursos e incluso de la población.

¿Cómo fue su elección?

Fui elegido presidente del Consejo Comarcal del Bajo Aragón como consecuencia y en aplicación del pacto global PAR-PSOE.

¿Considera usted que son siempre legales los acuerdos postelectorales entre partidos diferentes? ¿No se está engañando al electorado?

La Ley establece que cada institución tenga que ser gobernada por una mayoría determinada para poder aprobar sus presupuestos y lograr la gobernabilidad. Si un partido gana las elecciones, como ha sido el caso del PSOE en Aragón, y es el más votado pero no consigue la mayoría absoluta para gobernar, su única salida es pactar con otra formación política, lo que es perfectamente legal. Y, por supuesto, que con estos pactos no se engaña al electorado.

¿Cuáles son sus objetivos más inmediatos como Presidente de la Comarca del Bajo Aragón?, ¿y a medio plazo?, ¿y a largo plazo?

Las comarcas son unas instituciones recién constituidas. La del Bajo Aragón va a vivir su primera legislatura completa desde que se constituyó en junio de 2002. Nuestro primer objetivo es por tanto, comenzar a rodar y consolidar la institución. La comarca es una institución de los pueblos y para su servicio en la que tienen que primar los proyectos comunes sin excluir a nadie. En nuestro caso, somos 20 pueblos y buscamos dotar a este Bajo Aragón de los 20 de una estructura institucional compartida que redunde en beneficio en todos. Yo estoy convencido de que la Comarca del Bajo Aragón, por su historia y por sus características, va a ser una auténtica locomotora de las restantes comarcas de la provincia de Teruel.

Parlem de Bellmunt”:¿Se pueden compaginar al mismo tiempo y bien las funciones de Alcalde de Belmonte de San José con las de Presidente de la Comarca del Bajo Aragón?

Yo creo que las dos funciones son perfectamente compatibles. Todos los miembros del consejo comarcal son concejales o alcaldes de los pueblos. De todas formas, si el tiempo demuestra que no son compatibles ambos cargos, llegado el caso habría que tomar una determinación. Pero ese momento no llegado. En todo caso, habría que hacer esta pregunta: ¿Alguien piensa, de verdad, que el hecho de que el alcalde de Belmonte sea presidente de la Comarca perjudica en algo al pueblo?

¿Cuál es, en su opinión, la labor más notable de su gestión como Alcalde de Belmonte de San José?

Yo no quiero hacer balances de gestión a todas horas. No estoy aquí para resaltar labores notables ni para colgarme medallas, sino para trabajar por el pueblo. Podemos errar, pero me gustaría que esta misma disposición de trabajar por el pueblo la tuvieran todos los belmontinos. Otro gallo nos cantaría. Los ciudadanos están viendo los proyectos que se están llevando a cabo en Belmonte. Hemos concluido unos y estamos a punto de comenzar la ejecución de otros muchos que se desarrollarán a lo largo de los cuatro años. Pasen por el pueblo y vean.

¿Cuáles son las principales carencias que ha advertido en nuestro pueblo y qué medidas ha adoptado o piensa adoptar para paliarlas? Ofrézcanos algo tangible.

Belmonte pertenece a un entorno determinado. Sus carencias son las mismas que sufren todos los pueblos de una de las provincias más despobladas de España y con menor índice de población por kilómetro cuadrado. ¿Algo tangible para solucionar esta situación? Pues la que a todas horas reclama esta tierra en todas las instancias nacionales y europeas: mejora en infraestructuras, industrialización y, en definitiva, medidas para repoblar nuestra tierra.

¿Piensa usted que el despoblamiento y el envejecimiento de la población son problemas estructurales sin solución? ¿Cómo se podrían afrontar?

Esta pregunta enlaza con la interior. Aquí no hay más solución que crear microempresas y traer nuevos pobladores porque si en los pueblos apenas se dan nacimientos, habrá que atraer población inmigrante. En este sentido, me parece importante trabajar en la línea de crear empresas de ámbito familiar.

Imagine… ¿Cómo sería su Belmonte ideal?

Sería un Belmonte con buenas comunicaciones, atractivo para el turismo, con más familias jóvenes, la escuela abierta, con más de mil habitantes, etcétera. Pero no nos engañemos soñando en un pueblo idílico. Estamos donde estamos y trabajamos día a día, ‘partido a partido’. Y nuestros problemas, como ya he dicho, son los mismos que los de todos pueblos de nuestro entorno. Todos tenemos que trabajar en la misma línea para frenar la despoblación y aumentar el desarrollo integral. Para eso, por cierto, tienen que servir las comarcas.

Conoce usted a Juan José Belvis, ¿opina usted como él en cuanto a la viabilidad de la asamblea vecinal como forma de hacer política en núcleos pequeños?

Una cosa es la teoría y otra muy distinta la realidad pura y dura de nuestro pueblo. Por desgracia, en pueblos tan pequeños como el nuestro, todos somos hermanos pero no siempre del todo bien avenidos. En estas circunstancias, soy partidario de hacer todas las consultas que sean necesarias a los vecinos y de apoyar el asociacionismo, como es el caso de la Asociación Cultural o el Centro de Convivencia de la Tercera Edad. Pero recelo bastante del asamblearismo. Al menos, ya digo, en las actuales circunstancias.

¿De qué puede vivir un joven que decida residir en Belmonte? ¿Se podrían promover desde el Ayuntamiento o la Comarca cooperativas agrícolas y ganaderas?, o, si el futuro es el turismo ¿cómo se puede apoyar al particular desde las instituciones? ¿No cree usted que el futuro puede ser una combinación de ambas cosas?

Me canso de decir que el futuro de Belmonte está en la combinación del turismo con la formación de pequeñas empresas productivas. Existen ayudas del Gobierno de Aragón para la formación de todo tipo de empresas. En muchos pueblos del Matarraña, por ejemplo, estas ayudas se están notando ya. ¿Por qué no ocurre lo mismo en Belmonte? ¿No será porque de aquí no surgen iniciativas particulares? De todas formas, los que se han arriesgado a montar granjas y alguna otra pequeña industria en nuestro pueblo, están saliendo adelante con probada dignidad. Y en cualquier caso, el Ayuntamiento apoya todo proyecto que surja en el pueblo y en este momento está en estudio la viabilidad de una pequeña industria. Ni el Ayuntamiento ni la comarca tienen recursos económicos en este sentido pero pueden, y lo hacen, apoyar la presentación de proyectos ante el Gobierno de Aragón, CEPYME, Omezyma, etcétera.

¿Ve la conexión de Belmonte con el mundo por el camino de las Tosas?

Cualquier nueva vía de comunicación será bienvenida. Una salida rápida a la carretera nacional 232 por ese punto, sería positiva para el pueblo.

¿Cómo escribimos Xapurriau o Chapurriau o continuamos sin poder escribirlo?, ¿qué podríamos hacer por nuestra lengua?

Sobre este asunto sólo quiero decir que soy de un pueblo bilingüe y quiero que esta cuestión sea abordada en la forma que proceda. El vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Ängel Biel, anunció hace poco su propósito de consensuar en este legislatura, en las Cortes de Aragón, una Ley de Lenguas que creo muy necesaria.

Usted que es gran amante de la música ¿para cuándo tiene previsto escuchar un concierto con el órgano de Belmonte?

Tengo absoluto convencimiento de que antes de que acabe esta legislatura el órgano de Belmonte volverá a sonar con todo su esplendor. Este asunto está directamente relacionado con las obras de reforma que se van a acometer ya en la Iglesia. Por fin, en contra de lo que muchos pensaban, la restauración tanto del templo como del órgano, se van a convertir en una feliz realidad gracias a los esfuerzos del Ayuntamiento.

Para finalizar, ahora que usted ocupa un cargo relevante dentro de la política regional, ¿cómo animaría a ese cada vez mayor grupo de personas que creen que poblaciones como Belmonte van a desaparecer?, ¿qué argumentos les daría para calmarlos?

Ese grupo, que dicen que es cada vez mayor y que piensa que el pueblo está en trance de desaparecer, lo que tiene que hacer es ponerse a trabajar y a colaborar con el Ayuntamiento para que esto no ocurra nunca. Los argumentos que les daría es que se pongan a trabajar para calmarse porque el trabajo calma el cuerpo y el espíritu. El que Belmonte no desaparezca es algo tan trascendental que no puede ser tarea exclusiva de cinco personas, por muy concejales que sean, sino que corresponde a todos. Porque todos viajamos en el mismo barco. En todo caso, yo no comparto el catastrofismo de ese grupo que dice ser cada vez mayor sino que estoy convencido de que en los próximos años se van a comprobar los resultados de todo lo realizado por el Ayuntamiento.



 

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